La forma más fácil de darte cuenta de que extrañas a alguien es cuando misteriosamente ingresa en el mundo de tus sueños. Sin señales, sin avisos, así, de repente de manera extraña, confusa, pero tan grata que te hace revivir sentimientos quizás olvidados, pero más que ansiados. Me devuelve a tiempos que en su momento no fui capaz de dimensionar, pero que ahora recuerdo con tanta nostalgia y que más quisiera yo que poder retroceder el tiempo y volver a lo mismo ...