lunes, 31 de marzo de 2014

Te espero

Te espero en aquella estación para cuando el destino tenga ganas de llevarnos a pasear. Tu con tus gestos ambiguos lograrás que te entienda y ceda contigo. Me abrazarás y serás capaz de quitarme mis más grandes miedos, y como es común en ti sonreirás. Además de nuestro equipaje llevaremos nuestros sueños, de esos que cuesta construir juntos, y que aparte de esos nuestros están los tuyos y los míos.

Te espero a la hora del té para reír por cualquier cosa, entre ellas del clima, la canción de moda o el comentario sin sentido de la tarde. Para mirar el horizonte y hablar incoherencias, y aunque no tengamos nada que decir sentirnos un poquito más acompañados.

Te espero en aquel parque para que juntos veamos la noche caer. Para escuchar nuestras historias de vidas pasadas, para matar el tiempo que ya fue. Para enojarnos y des-enojarnos a nuestros antojos, para que el mundo se detenga a nuestro antojo, para que olvidemos el ayer.

Te espero a la hora de siesta, de esas que se aprovechan más con los días fríos. Tu abrazas mis miedos, yo descubro tus sentidos. Y en esos momentos es cuando podemos ser nosotros mismos.

Te espero en mis días más sombríos, en esos momentos en que el mundo se vuelva fiero y vengativo. Y te espero en esos momentos en que también no puedas más de tanto luchar, cuando estés cansado y sólo quieras llorar.

Te espero cuando aún no te tenga por qué esperar. Te espero como quién mantiene una pequeña esperanza, como aquel que le teme al mañana. Con miedos, con preguntas, lleno de recelos. Tranquilo que yo te espero.