lunes, 18 de septiembre de 2017

EL miedo

A medida que creces, y añadido a la madurez, empiezas a pensar en lo que realmente importa. Ya no te haces mala sangre por cosas superfluas, o cosas que al parecer ya no tienen sentido. Te enfocas en el aquí y ahora y te empeñas en conseguir logros ya sea materiales, profesionales, cosas que para cada uno de nosotros le da sentido a la vida.

Pero hay algo que nunca deja de estar presente ... el miedo. No es ese miedo de asustarte por algo, o que por circunstancias te pueda pasar algo. Hablo del miedo que te paraliza, que te hace detener en hacer cosas que realmente quieres o piensas,  es el miedo a estar expuesto. El miedo que te hace callar por que te aterra la idea de verte tan cual eres, tal cual sientes, vulnerable. Esto te lleva a ensimismarte aún más.

Llega un momento en que ese miedo te pasa la cuenta, y somatizas eso. Te duele llevar una carga tan pesada. Y cuando realmente te hacen ver que ese no es el camino, es que debes actuar.
Es que es más fácil hacer como que aquí no pasa nada, que eres de piedra y que te da lo mismo todo. Pero la realidad es totalmente opuesta, eres pura máscara. En el fondo quieres protegerte y no es que seas egoísta, las experiencias te han llevado a eso. Hay algo que te dice que quizás lo que has pensado por tanto tiempo es real, que tu sexto sentido no estaba tan equivocado.

¿Cuando es el momento de hablar? Buscamos los mejores escenarios, pensamos en las mil alternativas pero el sobre-pensar nos agota por dentro. Y es que sería más fácil decir todo de una vez y olvidarnos de las máscaras, pero llegamos a lo mismo... ese maldito miedo. ¿Por cuánto más seguiremos dándole vueltas a las cosas?

Y es que no es hablar, es asumir las consecuencias. Buenas o malas, ojalá siempre fueran buenas. O quizás las malas igual, de esas que nos llevan a crecer.-

domingo, 18 de diciembre de 2016

Adaptación.-

Este sin dudas ha sido el año más difícil que he tenido que pasar. De un día para otro la vida decide ponerte un tope en el camino.
Vives tu vida con normalidad, enfrentando los días al corriente de todos y con sólo dos palabras tu futuro cambia. Ya no serás la misma, con dos palabras te sentencian. La ignorancia, el miedo, la incredulidad no te dejan ver con claridad.
Pasan los días y te adaptas, haces cambios, pero no sabes todo lo que viene. Si realmente supieras ...
Empiezas a sentirte diferente, algo te absorbe la energía de un día para otro, debes tomar alternativas, debes moverte por obligación. Debes digerir un mal pronóstico.
Es en ese ir y venir que te sientes dando pasos en falso, te sientes solo, nadie entiende tu sentir, lo que te pasa. ¿Exageras? Ojalá fuera sólo eso, por que eso me permitiría sentirme mejor.
¿Miedo? Incertidumbre. ¿Será toda mi vida así? Y es ahí cuando te detienes y preguntas ¿Por qué yo? ¿Qué hice mal?
Las pruebas que te pone la vida a veces parecen ser un mal juego del destino.
Esto no viene a cambiar algo, cambia todo. Mi futuro, prioridades, mi vida, mis sueños.

Estas sólo en un mar de gente que sigue su rumbo, y sin duda alguna nadie será capaz de entenderte. Palabras de aliento por un momento ¿es eso lo que necesito? A veces sólo quisiera escapar y no saber de nadie, reitero, nadie.

lunes, 31 de marzo de 2014

Te espero

Te espero en aquella estación para cuando el destino tenga ganas de llevarnos a pasear. Tu con tus gestos ambiguos lograrás que te entienda y ceda contigo. Me abrazarás y serás capaz de quitarme mis más grandes miedos, y como es común en ti sonreirás. Además de nuestro equipaje llevaremos nuestros sueños, de esos que cuesta construir juntos, y que aparte de esos nuestros están los tuyos y los míos.

Te espero a la hora del té para reír por cualquier cosa, entre ellas del clima, la canción de moda o el comentario sin sentido de la tarde. Para mirar el horizonte y hablar incoherencias, y aunque no tengamos nada que decir sentirnos un poquito más acompañados.

Te espero en aquel parque para que juntos veamos la noche caer. Para escuchar nuestras historias de vidas pasadas, para matar el tiempo que ya fue. Para enojarnos y des-enojarnos a nuestros antojos, para que el mundo se detenga a nuestro antojo, para que olvidemos el ayer.

Te espero a la hora de siesta, de esas que se aprovechan más con los días fríos. Tu abrazas mis miedos, yo descubro tus sentidos. Y en esos momentos es cuando podemos ser nosotros mismos.

Te espero en mis días más sombríos, en esos momentos en que el mundo se vuelva fiero y vengativo. Y te espero en esos momentos en que también no puedas más de tanto luchar, cuando estés cansado y sólo quieras llorar.

Te espero cuando aún no te tenga por qué esperar. Te espero como quién mantiene una pequeña esperanza, como aquel que le teme al mañana. Con miedos, con preguntas, lleno de recelos. Tranquilo que yo te espero.




miércoles, 26 de marzo de 2014

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¿Qué se supone que se debe hacer con los cadáveres que llegan a la orilla? Se supone que no deberían volver sino quedarse en el fondo para nunca más volver. Y si llegan es por que ... ¿qué hice mal?
Al pasar el tiempo se van acumulando más cadáveres y resulta tragicómico de la manera en que a veces los recordamos con nostalgia y otras con alegría, ¿quiero que vuelvan a mi vida? ya no lo sé ...

La confianza que se deposita en alguien es semejante a una pequeña pizca de nosotros, es como entregar un preciado tesoro y confiar en que nada nos pasará. Y si se siguen entregando granitos de arena en vano, que debo hacer? cuándo es el momento de arrancar? Sí, de arrancar, siempre consigo arrancar.
Ahora no quería arrancar, pensé que estaba en un lugar seguro y nuevamente me equivoqué.

Cuesta pensar en volver a emprender el camino, pasa que te acostumbras a pasar el tiempo con gente que crees que te hace bien, y también le haces bien a ellos. Es la idea por la cual nos reunimos. Me gustaría poder no esperar nada a cambio, pero es difícil, cuesta mucho. Sobretodo si nos entregamos de manera completa pero es en los pequeños detalles en que nos damos cuenta cuando son justos con nosotros.

Si logras percibir que algo es importante en mi vida y logras respetarlo y además apoyarme en eso, bienvenido a mi vida, pero si no logras ser capaz de prestar atención a esas cosas te pido cordialmente que te retires, y de una manera directa y frontal espero tu apreciación de la situación. A veces lo único que queremos es sinceridad, si eso es lo que pido, por favor, no me hagas perder el tiempo.

Entiéndase por cadáveres a la idea de gente que se reúne en nuestra vida aparentemente sin un motivo, pero que logra crear un vínculo con nosotros y por cosas del destino se hace imposible seguir. Esas conexiones siempre quedan ahí, muchas no tienen explicación, pero siguen doliendo y yo me sigo inundando en por qués.