¿Y quién dice que se necesitan alas para volar? ¿Quién dijo que eres lo que tienes? ¿Y si eres todo eso que no tienes, pero que sí anhelas?
Eres una especie de fuerza motriz influenciada por tu conciencia. Esa maldita conciencia que sólo a veces te hace querer tirarte de un décimo piso y gritar, me rindo! cuando vas en caída libre. O esa tierna conciencia que te dice que no importa lo que hagas, lo que pase, o lo que no pase, sabrás salir adelante como siempre lo haz hecho.
Y no es fácil renunciar a una parte de esas dos conciencias, llamemoslas las conciencia buena y la mala. Una en rivalidad desde el inicio de tu tierna conciencia juvenil. Ese es su origen creo yo, la edad de los eternos problemas. Por hoy conciencia amiga, déjame dormir en paz.